Rosita ha cumplido un año en mi casa. Sigue siendo esa gata sufrida, buena y noble de siempre. Realmente ha vivido un calvario con su gengivitis. Lleva cinco largos meses de tratamiento en los que a diario hay que hacerle algo en su boca, lo cual no le permite vivir relajada, siempre en alerta a ver cuando la pillo para curarla...
Subo este par de fotos que muestran su boca para compartir con [email protected] lo grave y tremendamente dolorosa que puede llegar a ser esa gengivitis felina. Es de esas cosas que quizás no te maten pero te hacen la vida miserable. Es por ello que las fotos que publico no son las típicas de ella con el resto de mi tropa, si no de su sufrimiento y dolor, siento que es la mejor forma de celebrar que ya tenga un año en mi casa, honrando su nobleza. Su regalo para todos es mostrar su calvario para evitarle a sus congéneres ese padecimiento.
Así estaba hace 4 meses, luego de la extracción de casi todas sus piezas dentales
Un detalle del tratamiento
Una mejoría evidente. Aún tiene bastante dolor pero todavía faltan 70 días de tratamiento para terminar la primera etapa, que ojalá fuese la última
Rosita es una víctima de ello... y sólo deseo que su experiencia permita evitar el sufrimiento de otros felinos con un cuidado preventivo.
Su odontóloga y veterinaria de cabecera, Aurora y Laura respectivamente, me han regalado este escrito que os dará una idea de la enfermedad, sus causas, consecuencias, prevención y DIFÍCIL cura. Por favor cuando podáis invertid un tiempo en leerlo...
[email protected] [email protected] os lo agradecerán más de lo que
[email protected] podéis imaginar...
GINGIVOESTOMATITIS CRÓNICA FELINA
La gingivoestomatitis crónica felina es una enfermedad grave y frustrante, de etiología desconocida, en la que el sistema inmunitario del gato no responde de forma adecuada.
Los pacientes con gingivitis (inflamación de las encías) o estomatitis (inflamación de la mucosa de la cavidad bucal) presentan una línea definida de enrojecimiento en el margen de la encía de toda la boca.
Los gatos con gingivitis o estomatitis crónica suelen presentar úlceras y una extensión del tejido de granulación que afecta a los pliegues que unen el paladar y la glotis y/o en la zona de las fauces. Además se suele producir una resorción de la raíz del diente y en ocasiones el secuestro del hueso en aquellas zonas sin dientes.
Esta enfermedad puede afectar a gatos de cualquier edad, aunque se ha visto una mayor presentación en gatos jóvenes o de mediana edad, y no tiene preferencia racial.
Los signos clínicos incluyen halitosis (aliento con olor desagradable), disfagia (dolor al comer), ptialismo (salivación excesiva), inapetencia y pérdida de peso. Cabe destacar que en casos avanzados el dolor suele ser moderado o severo y la calidad de vida de estos pacientes suele verse gravemente afectada.
Muchos factores influyen en la aparición de esta enfermedad, como el calicivirus, el virus de la inmunodeficiencia felina (FIV), el herpesvirus felino, infecciones bacterianas secundarias causadas por estreptococos, pseudomonas o pasteurellas, la enfermedad periodontal o lesiones de resorción odontoclástica felina FORL (falsa caries).
El mantenimiento de una correcta higiene dental es fundamental, tanto para retrasar la aparición de algunas patologías frecuentes como para identificar de forma temprana si existe alguna alteración. Por este motivo se recomienda acostumbrar, a ser posible desde la llegada del cachorro a casa, al cepillado diario de los dientes con pasta de dientes que no contengan flúor y con una palatabilidad adecuada. La higiene constante evita la placa bacteriana y la acumulación de sarro, que va cubriendo los dientes desde el margen gingival hacia las puntas. Este depósito de sarro crea un ambiente favorable para la multiplicación de las bacterias que liberan toxinas e infectan las encías, que se retraen como mecanismo de defensa y dejan expuestas las raíces dentales. Además estas bacterias permanentes pueden acabar provocando infecciones en otros lugares del organismo como los huesos, los ojos (fístulas), los riñones, los pulmones o el corazón, así como la pérdida de piezas dentales.
Los pacientes a los que se les detecta esta patología suelen recibir inyecciones de corticoide que inicialmente son muy efectivas, pero que después de tres o cuatro dosis, la efectividad de un tratamiento odontológico especializado disminuye drásticamente. Además, la tasa de efectos secundarios sistémicos graves es bastante elevada. Por lo tanto, se recomienda el examen y la supervisión de los pacientes por un especialista antes de decidirse por esta terapia.
En resumen, cabe destacar que la gingivoestomatitis felina es una enfermedad crónica y de evolución progresiva que requiere un manejo a largo plazo, así como una detección adecuada. Existen diversos tratamientos que incluyen una combinación terapéutica periodontal (tales como limpieza/extracción de piezas dentales, terapia medicamentosa y terapia con interferón) y cuidados en casa que reduzcan la placa bacteriana. Es necesario identificar lo antes posible cualquier patología bucal en todos los gatos para evitar que cada vez sea más difícil poner solución al problema.
Dra. Aurora Mateo Román
Dra Laura Sagarra Lacalle